La esencia minimalista es identificar y priorizar lo que aporta valor a tu vida. Esto te permite identificar y dejar ir lo que no necesitas, dejando espacio para que la magia ocurra. Así te abres a la sincronía.
Esto sucede a tres niveles:
– El lo que tienes: tanto a nivel analógico como digital. Dejas ir objetos que no te aportan valor.
– En lo que haces: en las actividades, las relaciones y las personas con quienes inviertes tu tiempo. Porque no eres lo que haces, no eres tus títulos.
– En lo que eres: volviendo a la esencia a través del desarrollo personal
Al llevar una vida nómada el minimalismo ha llegado de forma natural a mi vida: los traslados y desplazamientos son una gran escuela.
Así, he ganado en libertad: de elección, de acción y de movimiento. Soy más libre de decidir por mí misma porque soy más consciente de los programas sociales y familiares.
Pero, sobre todo, estoy más presente en el aquí y el ahora. Identificando las distracciones y eliminando la confusión para poner el foco en lo que de verdad importa: el amor.
El minimalismo no es un lugar al que llegar y no está relacionado con un número “perfecto” de objetos que “poseer”. El minimalismo es ese foco que te da luz en el camino para reconocer e ir hacia donde tu corazón late.
Un placer poder participar en este espacio.
